Infancias

La infancia es una etapa clave en el desarrollo de la identidad, moldeada por el entorno y los referentes más cercanos. Desde ahí se comienzan a aprender, más que descubrir por cuenta propia, las categorías de género, comúnmente dentro del binarismo como grupo más representativo. En el caso de las infancias afrodescendientes, esta construcción se complejiza aún más por la convivencia entre valores occidentales y valores africanos o afrolatinoamericanos, donde no solo el género, sino también la edad o el lugar en la familia tienen un peso importante.

Al crecer en sociedades patriarcales y marcadas por el racismo estructural, los niños afrodescendientes son atravesados por múltiples expectativas: comienzan a interpretar los mandatos de masculinidad y, al mismo tiempo, se enfrentan a una jerarquización racial que condiciona su autoestima, su percepción de sí mismos y del colectivo al que pertenecen. Aunque a veces se beneficien de ciertos privilegios de género, muchas veces no son conscientes de ellos y, aun así, viven situaciones de discriminación que afectan profundamente su desarrollo.

Según un estudio de 2020 encargado por la Dirección General para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, el 47% de la población afrodescendiente en España ha nacido en el país, pero solo el 12% se identifica como «afroespañol». Además, el 60% de los encuestados afirma no sentirse español debido a la discriminación que experimenta.

No se trata solo de prevenir violencias o racismo futuro, o castigar por los mandatos de género, sino de sembrar desde ya bases sólidas, es decir construir desde lo cotidiano: autoestima, expresión y validación emocional, referentes afropositivos, materiales educativos que empoderen, y una paternidad presente, de calidad y afectiva como factores clave para el desarrollo de unas masculinidades más saludables en la infancia. 

La infancia es una etapa clave en el desarrollo de la identidad, moldeada por el entorno y los referentes más cercanos. Desde ahí se comienzan a aprender, más que descubrir por cuenta propia, las categorías de género, comúnmente dentro del binarismo como grupo más representativo. En el caso de las infancias afrodescendientes, esta construcción se complejiza aún más por la convivencia entre valores occidentales y valores africanos o afrolatinoamericanos, donde no solo el género, sino también la edad o el lugar en la familia tienen un peso importante.

Al crecer en sociedades patriarcales y marcadas por el racismo estructural, los niños afrodescendientes son atravesados por múltiples expectativas: comienzan a interpretar los mandatos de masculinidad y, al mismo tiempo, se enfrentan a una jerarquización racial que condiciona su autoestima, su percepción de sí mismos y del colectivo al que pertenecen. Aunque a veces se beneficien de ciertos privilegios de género, muchas veces no son conscientes de ellos y, aun así, viven situaciones de discriminación que afectan profundamente su desarrollo.

Según un estudio de 2020 encargado por la Dirección General para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, el 47% de la población afrodescendiente en España ha nacido en el país, pero solo el 12% se identifica como «afroespañol». Además, el 60% de los encuestados afirma no sentirse español debido a la discriminación que experimenta.

No se trata solo de prevenir violencias o racismo futuro, o castigar por los mandatos de género, sino de sembrar desde ya bases sólidas, es decir construir desde lo cotidiano: autoestima, expresión y validación emocional, referentes afropositivos, materiales educativos que empoderen, y una paternidad presente, de calidad y afectiva como factores clave para el desarrollo de unas masculinidades más saludables en la infancia. 

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